Tal vez soñar...

Mi pequeña hechicera de silencios eternos, canto de soledad bañada de misterios, hoy me paro a pensar como serán sus sueños... Agua que subterránea viene a herirte en los labios, palabras que en otro idioma enamoraron lunas, Patios de Alhambra viva se esconden en tu vida, más alla de las niñas que duermen en tus ojos. Te escapaste una noche del libro de los duendes, donde un califa moro se enamoró del miedo, y huiste de la magia de aquellos paraderos, para hacer de tu vida un lejano recuerdo... Te cobijaste entonces bajo no sé que llantos, y ocultaste el dolor de la vida en un piano... Ahora esperas hundirte para siempre en otro sueño donde la soledad no sea tu único lamento, y brote el agua tranquila y tenga ritmo tu acento. Donde el atardecer haga surgir de tus manos estrellas y donde des al mar el cielo de tus quimeras.

Sentada en una piedra del recuerdo suspendida al azar una mirada, lucho al pensar que amándote te pierdo y me obligo a llorar, pues no soy nada. Perdida como gota en la cascada traicionado el amor de aquel acuerdo, me rindo al sol y siento ser quemada abrazando el dolor, mientras lo muerdo. Sentina de mujer, cárcel abierta; pedestal destruido y ceniciento, corazón asustado en la reyerta sometido a la espera y al tormento. Escondida al amparo de tu puerta oigo llamar herido mi lamento.

¿Donde se irá mi amor si tu decides irte? ¿Sobre que vida extraña emergerán mis sueños? ¿Donde regresará nuestro futuro herido si abrasaste mi ayer entre tus secos leños? ¿Donde recobraré mis silencios dormidos? ¿Sobre qué tibio mar caminarán mis pasos ...? ¿Donde me ocultaré del dolor y la duda, si retiras de mí el calor de tus abrazos? ¿Donde te esconderás para no poder verte? ¿Bajo cuantas miradas silibarás mi olvido...? ¿Donde me esperaras al caer la tarde, para entregarme allí aquello que has vivido? ¿Donde me moriré si, buscando entre sombras, no encuentro tu seguir perdida entre la gente? Moriré tras de ti, repitiendo tu nombre mientras se lleva el viento mis latidos ausentes.

Iban desprotegidos, con el alma en vilo. Les habían despojado vilmente de la tranquilidad hogareña de sus vidas. Enmohecidos sus poros por los acontecimientos se arrastraban hacia la muerte. Ya desprovistos de humanidad, iban desnudos con las ruinas temblando a flor de piel, con los ojos atónitos por tanto horror contemplado. Era el preludio del infierno bíblico, el inicio del holocausto siguiente. Su olvido,su recuerdo, será siempre nuestro tormento.

Y ahora,la inmensidad..., lo eterno. Tras tu marcha solo nos queda una gran soledad... Tras la pena y el abandono, el abismo de un sereno vacío en el que hundirnos plenamente. Quiera este verso que agoniza honrar tu memoria. Que esta fúnebre plegaria apacigue mi congoja. Que la gracia y la gloria sean tus eternas compañeras.