A AQUEL VIEJO SARMIENTO

Siendo roble, te convertiste en sarmiento, y hoy el manto que te cubre evoca tu ilustre linaje. Añoro tu porte de árbol bien crecido, tu copa poblada de inteligencia, tus ramas que me acariciaban y me guiaban entre las hojas. Esparciste tus semillas creando nuevos vástagos, que a su vez, ger...