A COSECHAR
Sin llegar a amanecer
pesada carga acarrea.
Sus mulas son sus espaldas,
alforjas su riñonera,
y por ruedas sus albarcas
que arrastra surcando tierras.
El gallo aún no ha cantado,
la bruma no despereza,
pero su frio cuerpo aniñado
aviva el campo y la siembra.
Sus ojos observan nubes
temiendo tempestad nueva,
el agua anega los prados,
donde hierve la cosecha.
Otro día se ha perdido
entre trombas de tormentas.
Otro día en que no nacen
las legumbres y las berzas.
Sin llegar a anochecer,
mas sin que el sol aparezca,
retorna triste a su casa
henchido de rabia y pena,
maldiciendo su dura vida
¡En mala hora naciera!.
pesada carga acarrea.
Sus mulas son sus espaldas,
alforjas su riñonera,
y por ruedas sus albarcas
que arrastra surcando tierras.
El gallo aún no ha cantado,
la bruma no despereza,
pero su frio cuerpo aniñado
aviva el campo y la siembra.
Sus ojos observan nubes
temiendo tempestad nueva,
el agua anega los prados,
donde hierve la cosecha.
Otro día se ha perdido
entre trombas de tormentas.
Otro día en que no nacen
las legumbres y las berzas.
Sin llegar a anochecer,
mas sin que el sol aparezca,
retorna triste a su casa
henchido de rabia y pena,
maldiciendo su dura vida
¡En mala hora naciera!.
¡Por fin!. Impresionante poema duro de verdad. Planea sobre él el estilo rotundo y visceral de Miguel Hernández. Gracias, Nieves. Un beso.
ResponderEliminar¡Muy bueno Nieves!¿Inspirado en Miguel Hernández? Besitos, Mar
ResponderEliminar!Precioso poema!.
ResponderEliminarNieves, gracias por compartirlo.Un beso.
¡Muchas gracias! ...pero la verdad es que acababa de leer a Machado.....
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