TORO BRAVO


En la dehesa pastaba,
campeando sin prisa alguna.
El prado tenía por suelo,
por techo el cielo desnudo,
y por compañera de juegos,
a su vieja amiga luna.

Criado entre pastizales
entre erales y novillos,
mostrando siempre su fuerza
su casta y su predominio.

Jamás llegaste a imaginar
el fin que un día esperaba,
morir matando en la plaza
después de tanto luchar.

Recién convertido en cuatreño
el mayoral te observaba
fuiste vendido por casta
y pusieron fin a tus sueños.

Sonaban ya los clarines
presagiando nada bueno
sobre el albero te viste
observado por el pueblo.

Capotes bailaban al aire
templando tu fuerte embestida
no temías entrar a ellos
cuándo el torero quería.

Una dolorosa punzada
a fuego marcaba tu carne
lazos color carmesí
brotaban por todas partes.

Un nuevo tercio llegaba
aún más vil y encarnizante
banderillas te clavaron
de medio cuerpo adelante.

Incapaz de comprender
por qué la gente aplaudía
te fuiste hacia la muleta
que soberbiamente escondía
a un diestro desencajado
por ver tu carne mordida.

Y en mitad de la faena
demostrando tu bravura
te fuiste hacia el acero afilado
entrando hasta la empuñadura.

Vítores que jaleaban
en las andanadas y palcos
pañuelos blancos ondeaban
como las velas de barcos.
Tus patas quebraron tu furia
tus manos doblaron testud
rodaste sobre la arena
y se nubló toda luz.

Albero en rojo capote
quedó entonces convertido
cuajado de sangre de toro
matado por ser bravío.






Comentarios

  1. Mi querida Nieves ; me ha hecho llorar este poema. Estoy totalmente en contra de las corridas de toros, y del sufrimiento de cualquier animal. Tus versos me han llegado al alma. Un fuerte abrazo, mi amiga !!

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