NIÑA DE LA LUNA BLANCA


A la niña nacida de la luna blanca.
Con su pelo oscuro ondeando al viento
y su cuerpo menudo de espiga clara
provoca murmullos, latido lento.

Qué me mira la niña de luna blanca.
Que sus ojos oscuros me causan llagas.
Sus pupilas venenos de miel amarga.
Cierra ya esos luceros que me arrebatan.

Cuándo el día amanece y despierta el alba,
la niña blanca ilumina toda la estancia
y su sonrisa, entre corales recién perlada
levanta olas de mar arbolada.

Cuándo viniste al mundo niña embrujada
tu belleza temblores originaba
y aún siendo bebé de teta y nana
augurabas presagios de fina maga.

Bebiste las aguas dulces de buena infancia
madurando como las flores y su fragancia
tornando en etérea mariposa
de mil colores, de mil escarchas.

A esa niña que se me aleja.
Que el tiempo cruel me la arrebata,
convirtiéndola en rosa por las mañanas,
embriagador perfume de madrugada.

No quiero que se me pierda,
que se marchite como las plantas.
Qué un mal viento de sus raíces arranque
y sobre tierra yerma la esparza.

Y cuándo llegue mi hora,
mi vuelta a la triste morada,
quisiera poder mecerla,
en dulce sueño acunarla,
eterna, hasta el final de los tiempos,
a esa niña, nacida de la luna blanca.

Comentarios

  1. La poesía es el arte de dibujar la vida sin tapujos,… el amor de madre las más pura entre las pasiones del alma… Precioso poema amiga.

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  2. Te felicito. Cada día escribes mejor.
    Es preciosa.

    Marcos

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