A MI HIJA MARIA

Apenas imperceptible,te comenzaba a sentir,
latidos, sensaciones, cosquillas,tu cuerpo formándose en mi.
No eras una célula, ni un embrión, ni siquiera un ser.
Eras mi propia hija, que un día habría de nacer.
Cada latido era mi vida, cada pulso mi vivir,
cada mes que pasaba, una ilusión para mí.
¿Cómo imaginar tu cara, tus gestos, tu sentir?
¿Serás como yo pensaba? ¿Serás parecida a mi?
Apenas una molestia, ni tan siquiera una náusea,
mi cuerpo a ti se adaptaba como un gas a su burbuja.
Mi vientre henchido llenaba, horas de luz y de dudas,
acariciándote dentro, hablándote con dulzura.
Siete meses se cumplieron, el sueño se hacía vida.
Solo soñaba con verte, con ver tu cara de niña.
Ansiaba tenerte en mis brazos
deseaba mecerte dormida
fundirnos en un abrazo
corazón y alma unidas.
Llegaba el crítico momento
Nueve meses se cumplían
¿quizás hoy? ¿quizás mañana?
Ni despierta ni dormida…
Pero tu momento llegó
como toda tu vida postrera,
de repente decidiste
regalarnos tu sorpresa.
No quise reconocer
que era tu llegada inminente
volví a dormirme y olvidar
que tu ya estabas presente.
Eran finales de otoño,
frio día de noviembre
cuando decidiste salir
y hacerte al fin evidente.
Jamas encontraré en mi vida
dia de mas plenitud,
el dia que tu naciste,
el dia que fuiste tú.
Madre, por fin consegui
convertirme en ese dia,
porque tu milagro fue
nacer de mi propia vida.

Comentarios

  1. ¡Qué bonito! A cualquier hijo le gustaría tener un escrito así de su madre. Supongo, porque con los adolescentes nunca se sabe. ¡Vaya facilidad para los versos! Enhorabuena.
    Montse.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Montse! bien sabes tu lo que son los hijos....

    ResponderEliminar
  3. Me has dejado sin palabras en la boca, con lágrimas en los ojos, y amor en el corazón.
    Maravilloso.
    Tu amiga

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MALA NOCHE BUENA

IRA

LA REALIDAD DEL DESAMOR